La Resistencia Peronista

Un capitulo que aún no entró en la historia oficial.

Por José Acosta DíazN4 Nota III ima

Lic.en Polìticas y Administraciòn de la Cultura.

El gobierno de Juan Domingo Perón realizó, entre 1945 y 1955,  las mayores transformaciones que haya tenido la Argentina a favor de los intereses populares, en el transcurso del siglo XX. Una industrialización intensiva, complementaria del proceso de sustitución de importaciones generó cientos de miles de nuevos empleos y esa nueva clase obrera comenzó a ser protagonista cardinal en la vida política de la Argentina. Esa transformación en la producción del país fue acompañada por una legislación laboral que atendía las necesidades obreras ante la hegemonía patronal sobre la legislación entonces existente.  Justicia social, Independencia económica y Soberanía política fueron las banderas que el peronismo intentó plantar en el suelo argentino. Es así que los trabajadores y también las mujeres accedieron a lugares que hasta entonces, les estaban vedados.

La “Revolución Libertadora” de septiembre de 1955 intentó retroceder con todas las conquistas populares y desterrar, no solo al líder, sino a todo atisbo de las políticas aplicadas durante los últimos 10 años. (NR: Texto del decreto 4161/1956 de la dictadura que derrocò a Peròn, donde se prohíbe el uso y la difusión de todo lo relacionado al partido, al gobierno, a los líderes y a la doctrina peronista http://www.elhistoriador.com.ar/documentos/revolucion_libertadora/decreto_4161.php).

Después del derrocamiento del gobierno constitucional de Juan Domingo Perón, se inició la conformación de un movimiento de resistencia a esa dictadura golpista y demás  gobiernos dictatoriales o civiles “tutelados” por las fuerzas armadas. Este proceso que –con diversos períodos particulares – finaliza con el triunfo del 25 de mayo de 1973 al asumir el gobierno presidido por Héctor José Cámpora, encabezando el FREJULI (Frente Justicialista de Liberación), espacio frentista que con la histórica consigna de entonces – LIBERACIÓN ó DEPENDENCIA – se conformó bajo la articulación y conducción de Perón, cuya candidatura estaba proscripta.

Durante ese período de casi 18 años se pusieron de manifiesto diferentes metodologías de lucha y resistencia, pero la principal fue la encabezada por los trabajadores de los diferentes gremios. “…Puedo afirmar, por haber `pertenecido e investigado ese proceso de rebeldía, ocultado y enterrado en el malezal del olvido, que este fenómeno de la clase obrera se desarrolla por fuera de las estructuras tradicionales del movimiento obrero. Proceso de formación que comienza antes del 17 de octubre, germinando en Berisso, Ensenada, La Plata, Tucumán, Rosario, Santa Fe, Gran Buenos Aires, Capital Federal, Córdoba, Bahía Blanca, La Pampa, Salta, entre otros lugares importantes del país, es decir, en los lugares de concentración obrera…”(Juan Carlos Cena: dirigente ferroviario, Coordinador de la Resistencia Peronista en Córdoba).

 El gobierno del General Perón había dejado una marca imborrable en la conciencia de las mayorías obreras y populares. Grandes e impactantes hitos tuvo este período histórico (1955-1973) que todavía se estudia poco y nada como historia contemporánea argentina: además del intento de levantamiento de militares nacionalistas encabezados por el Gral. Valle, y una masacre de alto impacto como la de León Suàrez, los memoriosos recuerdan hechos imborrables que han quedado en el imaginario, especialmente de la militancia: la resistencia a la intervención de la UOCRA en Córdoba en 1956, ), la designación como delegado de John William Cooke, que coordinó muchas acciones operativas en todo el Cono Sur. Tambièn las huelgas de bancarios, textiles, ferroviarios, telefónicos en pleno año 1956. Asimismo el plenario del sindicalismo combativo acuerda el reconocido “Programa de La Falda”, la histórica toma del frigorífico Lisandro de la Torre en 1959 que el gobierno decide privatizar, la resistencia a los contratos petroleros de Frondizi, el estado de sitio a fines de 1958, las huelgas ferroviarias, el surgimiento de los Uturuncos (1959), el triunfo del voto en blanco que decidiera Perón en la proscriptiva elecciones legislativa de 1960, medidas de acción directa numerosas llevó a implantar el llamado Plan ConIntEs (Conmoción Interna del Estado) en 1960. Aùn con esta amenaza que representaba el CONINTES se producen grandes luchas sociales como la gran huelga ferroviaria en 1961 acompañado de paro general, y el triunfo en marzo de 1962 en las elecciones del peronismo aún proscripto, pero que se presenta con la sigla de Unión Popular en varias provincias; elecciones que son anuladas en gran medida por presión de las fuerzas armadas. (NR: una cronología breve puede encontrarse en el siguiente link: http://www.elortiba.org/crono.html).

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“El Peronismo es el vehículo revolucionario de esa Argentina que se nutre en las grandes masas laboriosas y en los ‘cabezas negras’: esa es su grandeza y su vigencia. Quienes pretenden desdibujarnos, quienes quieren complicarnos con el régimen y convertirnos en otro apéndice del mismo, esos no pueden estar a nuestro lado, esos no pueden llamarse peronistas.
Desde el sector gremial, Amado Olmos fue uno de los dirigentes más importantes. Desde el  Secretariado  de la Federación Argentina de Trabajadores de la Sanidad, Olmos fue uno de los impulsores en 1962, de la creación de la “Unión Popular, con la que el peronismo se presentó en las elecciones de 1962, ganando la provincia de Buenos Aires a través del sindicalista textil Andrés Framini. A partir del golpe antiperonista de Leonardi, Aramburu y Rojas, entre otros jerarcas militares, Olmos padeció una implacable persecución y por consiguiente de cárcel durante varios años.

Las banderas de la Soberanía Política, la Justicia Social y la Independencia Económica, las salvamos nosotros, los trabajadores, cuando toda una clase de dirigentes las habían abandonado. Ese es nuestro mérito histórico (…) Aquí tenemos que dividirnos entre los entreguistas y los que no queremos entregarnos. Entre los que están con el imperialismo y los que somos antimperialistas; entre los que queremos el país y los que están contra el país”. Amado Olmos.

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En su nota “La Resistencia Peronista y el movimiento obrero” Carlos Marín, especialista en Derecho Sindical y asesor de distintas organizaciones gremiales sostiene que para pensar La Resistencia no hay que situarse en 1955, sino en el 17 de octubre de 1945, allí los trabajadores salieron a la calle casi de manera espontánea con el objeto de lograr la libertad de una persona que ya avizoraban como “Su Líder”.

“Ese 17 octubre empezaron a confluir en la Plaza de Mayo, lenta pero paulatina e incesantemente, los trabajadores que desde sus puestos y establecimientos laborales marchaban al ágora peronista, transformándose en la Asamblea de Trabajadores más grande de la historia. ¿Cómo no calificar este hecho como el acto fundacional de la Resistencia Peronista? ¿Cómo no prever que, ante cualquier contratiempo que tuviera el movimiento nacional, esa resistencia se iba a hacer presente?” se pregunta Marín.

 A nuestro juicio ningún fragmento de la historia debe esconderse debajo de ninguna alfombra; y estimamos muy enriquecedoras las experiencias que incorporen en el sistema educativo estos capítulos todavía amputados de las currículas institucionales; memoria esencial si pretendemos construir ciudadanía crítica. Además porque alguna vez desde POEMA 21, recordábamos que si se dice”…que la historia la escriben los que ganan…”, es necesario acuñar entre todos la otra cara de la moneda: “la historia la ganan los que escriben…”

 

 

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